viernes, 10 de diciembre de 2010

Veronica Guerin

Veronica Guerin
A mediados de los años noventa, la periodista irlandesa Veronica Guerin era un hueso duro de roer para los violentos capos de la droga de la ciudad de Dublín. Trabajaba como periodista en el Sunday Independent, y se propuso desvelar la terrible verdad de los señores de la droga de la ciudad y las vidas que se cobraban sus negocios mortales. Su cruzada personal la convirtió en el objetivo de todas las miradas. Tuvo que hacer oídos sordos a la envidia de algunos compañeros de profesión, a las críticas de los políticos de la ciudad y a las amenazas de los criminales que investigaba.

Pero, a pesar de los obstáculos, esta madre trabajadora no se dejó amedrentar en su búsqueda de la verdad. Gracias a la información que le facilitaban algunos miembros del hampa, y sus contactos con la policía, Veronica Guerin fue recomponiendo las piezas del puzzle de terror creado por el imperio del mal. Su objetivo era desenmascarar a unos hombres malvados con alias de cómic: el Entrenador, el General, el Monje y el Hombre del Almacén. Guerin escribía cada domingo un capítulo más de la crónica de este violento mundo y se acercaba más y más a la verdad. Así fue como comenzó el peligroso juego del gato y el ratón.

La vida de Veronica Guerin permanecía bajo una amenaza constante. Su hogar fue blanco de numerosos disparos; y, en un cara a cara con John Gilligan, el jefe de la droga, una bala le alcanzó la pierna y recibió una brutal paliza. Pero nunca se dio por vencida y continuó investigando. Obtuvo el Premio Internacional a la Libertad de Prensa por su trabajo.
Sin embargo, Veronica Guerin tuvo que pagar el precio más alto: su propia vida. Como consecuencia de su muerte, el gobierno irlandés formó un gabinete de crisis y aprobó cambios importantes en la constitución del país. Estos cambios transformaron eficazmente el panorama criminal de Dublín para siempre.


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